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Cómo ser asertivo/a

La asertividad consiste en conocer los propios derechos y defenderlos a través de conductas y pensamientos sin agredir a la otra persona.


Por ejemplo:


Has quedado con tus amigos/as para tomarte una cerveza y resulta que la jarra está sucia, con marcas de pintalabios. Tienes las siguientes opciones:


1. No decir nada y usar la jarra sucia aunque sea a disgusto.


2. Llamar al camarero y pedirle que por favor te cambie la jarra.


3. Armar un escándalo y marcharte.


Este ejemplo ilustra los tres puntos principales del continuo de la asertividad: el estilo pasivo (1), el asertivo (2) y el agresivo (3).


No ser asertivo/a puede generarnos problemas como, por ejemplo, sobrecarga en el trabajo, con la familia, con los amigos... Poner límites no es negativo sino que es una forma de empezar a cuidarnos y de tenernos en cuenta.


Como cualquier otra conducta, se aprende con la práctica. Al principio puede generarnos cierto malestar o remordimientos hacia los demás. Es probable que algunas personas se sientan decepcionadas ante esta nueva situación. Pero recuerda que mientras expreses tus necesidades de una manera considerada, no eres en absoluto responsable de su reacción. Poco a poco irás sintiéndote cada vez más liberado/a y cómodo/a con la práctica.


Cuando sientas ese malestar, puedes observar los sentimientos y pensamientos que surgen en tu mente y en tu cuerpo, no por querer cambiarlos sino por hacerte consciente de tus hábitos de comunicación, de tus emociones y de cómo te afecta empezar a decir NO.


Una de las técnicas que mejor funciona es realizar primero un cumplido a la otra persona o un reconocimiento de su labor, de su persona o de su tarea, para después expresar lo que necesitas:


A: "¿Podrías ir hoy a hacer la compra?, tengo mañana una exposición muy importante que me gustaría preparar y no me va a dar tiempo."


B: "Acabo de volver del trabajo y estoy muy cansado. Vas a tener que ir tú."


A: "Sé que estás muy cansado y es normal porque te esfuerzas mucho. Te encargan demasiadas tareas y siempre consigues terminarlas todas y a tiempo. Pero te pido el favor de que vayas a la compra ya que tengo que preparar esta exposición para mañana y es muy importante para mí. Luego podremos descansar."


En este ejemplo se defienden los propios derechos (pedir ayuda y expresar tus opiniones) sin vulnerar los derechos del otro (no hay ningún tipo de orden, menosprecio o agresividad). Se está expresando, por tanto, nuestro punto de vista respetando el de la otra persona.


Ser asertivo no significa querer llevar siempre la razón (o tenerla). Aprender a expresar tus opiniones y a respetar su validez, te convertirá en una persona con mayor autoconfianza y un autoestima más sano.



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